Comunicació. Pintures de Juan Llorens

Del 13 al 31 de enero, en la sala de exposiciones rectorado y consejo social de la Universidad Miguel Hernández, podemos encontrar la exposición «Comunicació» de Juan Llorens. Podéis descargar el catálogo pulsando sobre la imagen.

exposición comunicación

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3 Responses to Comunicació. Pintures de Juan Llorens

  1. Mº TERESA says:

    Es un honor ir a una exposición , pero lo bonito es conocer al artista . el catalogo es muy expresivo y dice mucho de ti. tiene fondo y se puede leer entre lineas.
    JUAN un abrazo

  2. Ramon says:

    Maestro, un día nos tienes que contar qué pasa por la mente del artista cuando llega el momento de exponer la obra, cuando enseña a la gente lo que ha creado en su mas apartada soledad en el estudio, lo que ha parido dejándose los hígados entremezclados en las lineas y los colores. Claro, no estamos hablando del que trabaja sólo para vender la estética, sino del que investiga y pretende transmitir con lenguajes nuevos. En este catálogo enseñas todo de tí. Cuando veamos la exposición, será la leche. Eso sí, la conversación la tendremos con unas cervecitas y calamares. Y ese día que le den al régimen.

  3. Exmaestro Zen says:

    Ejem, ejem. Estos días atrás me trajeron a Alba y nos quedamos solos. Cogiditos de la mano fuimos primero a la leja donde esperaba la pintura de dedos y después a la única pared del estudio que , inexplicablemente para las visitas, permanecía libre de cuadros y muebles. Ni que decir tiene, primero habíamos inaugurado la pared con lápices y ceras, que más bien rebotaban sobre el gotelé. Había llegado el momento de experimentar el poder de la pintura. Abriríamos el tarro rojo. Y mojaríamos con un pincel de pelo de cerda…Pero aquello no obedecía del todo. La magia se desató cuando metió el dedito índice en too el cuajo y lo restregó sobre la pared. Los ojos le aumentaron de tamaño…el corazoncito pistoneaba…y con el dedito decía cada vez más cosas. Oh, el inconsiente. Y qué lástima que no hubiese sido verano. A la mañana siguiente, al levantarme, compruebo con estupor que las sábanas estaban manchadas » de sangre». ¡? ¡Dios mío! Me repasé todos los agujeros del cuerpo y nada. Pero el pecho se me salía. Incluso llegué a pensar que me estaba resquebrajando vivo, por chulo, por no ponerme cremas hidratantes para dormir. De pronto vino a mi cabeza la «pintura de dedos » y fue maravilloso. Ahora, a ver cómo cuento yo tanta felicidad para que me entiendan. La pintura no se puede explicar, queridos amigos. Ni con calamares.

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