Albarracín IV

La semana ha transcurrido tan deprisa que hemos llegado al final sin darnos cuenta. A pesar del calor y de, no sabemos si los “mosquitos tigre” o las “moscas rinoceronte”, comienzas a hacer los bocetos y de pronto estás corriendo para acabar a tiempo la obra que presentarás en la exposición final. Sin duda, además del maravilloso e inagotable paisaje de Albarracín, la densidad e intensidad del curso y el ambiente de buen rollo entre los cursillistas ha tenido algo que ver. Todo ello sobre el soporte del entregado cuadro de profesores, (Jose María Rueda, Paloma Peláez, Lourdes Castro y Dora Piñón) y de la Fundación Santa María de Albarracín, a los que no cabe más que agradecer su empeño desde hace veinte años en ofrecer esta oportunidad única de inmersión en el mundo del arte y la pintura.

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